jueves, 23 de marzo de 2017

Anti-minería e ideología de los DDHH en la OEA - artículo La Razón

Anti-minería e ideología de los DDHH en la OEA
Sergio Tapia

            La realidad de los derechos que surgen de la naturaleza de la persona humana, es innegable. Sin embargo, bajo la cobertura de los DDHH se encubre una distorsión grave, provenientes de la ideología de los socialismos marxistas, la que hace un daño inmenso a las personas y a la sociedad. A la Familia que es el fundamento social; a las sociedades intermedias, como la empresa o centro de trabajo (lugar donde invertimos las horas más lúcidas de nuestra vida diaria), y a la sociedad en su conjunto (la Sociedad Política).

            Hay, pues, visiones sesgadas de los derechos humanos, que no provienen del error individual, ni carecen de malicia. Son tremendas deformaciones ideológicas, con aparatos de poder, con técnicas probadas de manipulación propagandística y de movilización de masas. Lubricadas con fuertes financiaciones de origen oscuro o de fundaciones desviacionistas.

La desviación marxista de los legítimos derechos humanos: El “comunismo” (con esta palabra Carlos Marx le confirió identidad a su movimiento: el término no es insulto), concibe que el hombre está alienado, sufre “trastornos de la personalidad”. Este es un elemento clave de la ideologización marxista -a su militancia y a la población ingenua que puede manipular-. Así los transformará en acérrimos y mortales enemigos de las causas que el marxismo señala para cada alienación. Para el marxismo la alienación es una “dependencia”, de unos con respecto a otros. Pero, no distingue dependencias naturales, legítimas y necesarias (como las de los hijos con los padres, por ejemplo); de otras dependencias que son moralmente ilegítimas o ilegales (como la esclavitud, la disciplina como relación social, la existencia del Estado, la creencia religiosa –el marxismo señala que la religión es el opio del pueblo, lo que transforma ideológicamente a sus seguidores y contagiados en ateos militantes).

Para el marxismo toda dependencia es injusta, y convoca asumir y emprender todas las formas de lucha (moralmente legítimas e ilegítimas; legales e ilegales; en la paz con actividad revolucionaria y en la guerra internacional o subversiva interna).

Me referiré a dos alienaciones, entre varias que el marxismo señala; porque tocan la sensibilidad ciudadana en nuestro tiempo. La alienación “económica” que para el marxismo se origina por la existencia de la propiedad privada. La empresa, para el comunismo, debe ser desnaturalizada y destruida, lo hizo hace algunos decenios, por dentro, con el sindicalismo revolucionario; hoy lo hace por fuera con la dialéctica de las poblaciones circundantes a las zonas de operaciones de las empresas extractivas, por ejemplo. Es el horizonte del crecimiento de los ONGs derecho humanistas revolucionarios; porque la cantera de los DDHH contra los militares se les ha agotado. Y, evitan judicializar casos de innegables violaciones a los DDHH por los gobernantes de los dos últimos decenios, con los que guardan identidad ideológica socialista.

También, el marxismo propende que hay alienaciones, por la existencia de clases socio-económicas y socio-culturales. Aquí se inscribe la campaña contra la familia que es compromiso comunista desde sus orígenes (uno de los libros de Engels es “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, el mejor testimonio de la equivocadísima visión ideológica del marxismo). A esa secular campaña contra la familia, se unen algunas formas de lucha del denominado movimiento “feminista”, actualmente casi exclusivamente captado y manipulado por los comunistas. Quienes han originado el planteamiento del “género”, que enfrenta dialécticamente a la mujer contra el hombre, pretendiendo sustituir la concepción científica antropo-biológica del sexo, por la “ideología del género”, por ser un planteamiento anti-científico.

Contra lo que hay fuerte protesta pluri-confesional, por las asociaciones de PPFF y por ciudadanos alertas y preocupados. Quienes rechazan la imposición totalitaria haciendo uso de poderes inconstitucionales por parte del Estado.

Desde este año empezó a ser distribuido por los ONGs rectores de la praxis marxista de los DDHH, la publicación: “Pueblo indígenas, comunidades afrodescendientes y recursos naturales: Protección de derechos humanos en el contexto de actividades de extracción, explotación y desarrollo”. Que prioriza la fecha de aprobación del texto, el 31 de diciembre de 2015, y no de su impresión. Se presenta como documento oficial y de exclusiva responsabilidad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), con sede en Washington.

Es sabido que los órganos de protección de los derechos humanos de la OEA, sufren un evolutivo cáncer de penetración marxista, que les afecta credibilidad académica y doctrinal, independencia y legitimidad frente a la soberanía de los Estados, porque promueven con sesgo la protección de demandas sociales ligadas siempre a los intereses de los movimientos revolucionarios. Lo que nuestras Cancillerías deberían enfrentar y dar solución, para intentar el rescate de la legitimidad interamericana de los DDHH.

Ese libro es el compendio del accionar de la subversión de la minería, con el apoyo de los DDHH por la OEA, y con especial énfasis al caso peruano. El Estado y las empresas, ya han sido notificados por tal documento. El pueblo peruano es quién pagaría las consecuencias de atraso social y económico: Guerra avisada no mata gente.

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes, 17 de marzo de 2017, pág. 6


Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

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