martes, 30 de abril de 2013

No solo es anti-minería


No solo es anti-minería
SERGIO TAPIA T.

            La gestión de un presidente regional ha sido destinada para obstruir en su territorio una acaudalada inversión minera.
Para este propósito utilizó recursos vedados por la ley (fuerza, amenaza y chantaje), causando efectos indeseables para la paz y la tranquilidad; los indispensables factores de nuestra armónica convivencia nacional.
Además, produjo un gravísimo daño al pueblo cajamarquino, a quien le postergó su derecho al desarrollo económico y social, y con él, su perfeccionamiento cultural y moral. Tanto daño, sin razón suficiente.
El mal perpetrado permanece impune, y ha desembocado en un proceso de empoderamiento de los cabecillas subversivos en la región.
Los obligados a ejercer la autoridad del Estado, han dado muestras de abdicación, de indiferencia ó de tímidas reacciones infructíferas ¿Qué espectros de nuestro deformado horizonte político han logrado paralizar al Estado?
El problema es de orden ideológico: el socialismo. Por lo tanto, es de naturaleza política. Frente a ello, la empresa privada no es la llamada a protagonizar roles; sino el Estado, que es el garante del bien común.
La ideología socialista, en sí, no es anti-minera; es enemiga de la inversión privada en todos los medios de producción y en cualquier sector de la economía, lo que incluye a la minería.
La minería está en la primera línea de la confrontación de esa “revolución de los verdes”, promovida por los que antes decían de sí que eran los “rojos”.
El asedio proseguirá contra la inversión privada, como subversión ó como estatismo.

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, jueves 18 de abril de 2013, pág. 8

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