sábado, 7 de febrero de 2015

¿Caminamos hacia el socialismo?

¿Caminamos hacia el socialismo?
                                                                                              Sergio Tapia T.

El socialismo, que es estatismo abusivo y corruptor, requiere de un proceso para instalarse.
Hay indicadores que nos señalan la “ruta inicial hacia el socialismo”. Verificar estos indicadores nos diagnosticará el avance del cáncer socialista que nos asola.
Los primeros indicadores son la repartija populista de subsidios de todo tipo y el incremento de la burocracia. Ambos tienen por finalidad el clientelismo electoral. Cada beneficiado (por un subsidio, o por un empleo público), debería generar cuatro votos favorables para la permanencia del sistema.
El control de los medios de comunicación es añoranza socialista insustituible, hay una diversidad de estrategias para lograrlo.
La persecución injusta contra militares y policías que combatieron victoriosamente la subversión terrorista de hace 30 años. Sirve para amedrentar a las nuevas generaciones de los Institutos Armados.
La corrupción es el sicosocial recurrente, aplicado a opositores, a antiguos aliados ya inservibles y a funcionarios de poca importancia.
El apoyo a minorías auto-marginadas (homosexuales, transexuales, bioeticistas confusos, etc.), sirve para promover campañas sobre presuntas discriminaciones, que serán imputadas a quienes representen la conciencia lúcida y la moral social, opuesta al socialismo.
La continua referencia al pasado político, desfigurado, recrea sicosocialmente un enemigo inexistente, que justificará la instalación y permanencia del socialismo.
El incremento de la delincuencia genera inseguridad, dificulta la vida social y atomiza la sociedad. Debilita la resistencia al socialismo. La novedad de los menores asesinos, inimputables, generará la renovación de los cuadros guerrilleros y terroristas.
La excesiva burocratización desalienta la inversión privada. El control para-estatal de las inversiones (la “licencia social”), terminará espantándolas. Los desocupados serán objeto de la demagogia socialista.
El control universitario por el Poder Ejecutivo, restringirá la libertad de pensamiento en la cátedra. La educación escolar estatal profundizará en su crisis y mediocridad.
Aumento del narcotráfico. Colapso del sistema de salud. Quiebra del sistema de pensiones.
Estos indicadores conducen al caos y a la ruina social, y agudizan la anomia. Son las condiciones óptimas para consolidar el socialismo.

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 6 de febrero de 2015, pág. 6


Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

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