viernes, 23 de octubre de 2015

Ecosocialismo y marxismo ambientalista - artículo en La Razón

Ecosocialismo y marxismo ambientalista
SERGIO TAPIA T.

            El marxismo renueva su capacidad de innovarse, y presenta nuevas caretas para ocultar su verdadero rostro, monstruosamente antihumano.
            El “ecosocialismo” es el nuevo rostro del marxismo, como ya han habido otros, ya desmentidos o envilecidos: “defensor de los trabajadores”, “un mundo mejor”, “sociedad sin explotados”, “teología de la liberación”, “socialismo del Siglo XXI”, etc.
            Bolivia es el primer Estado declarado constitucionalmente como ecosocialista. Y, como tal, ha sido país sede de una reunión preparatoria para que el bloque de marxistas, de diversos países, se preparen para presionar en la próximo Cumbre Climática a realizarse en París, el próximo mes de diciembre.
            Es curioso que el primer país socialista, la URSS, persiguió penalmente y expulsó a cuanto conservacionista y ambientalista osó pisar su territorio.
            El cambio de actitud es que hoy el ambientalismo es políticamente rentable, desde la oposición. Porque permite al marxismo la crítica al sistema capitalista, incriminándole de todo daño medioambiental.
            El sistema político socialista ha sido causante de la mayor tragedia ambiental: el desastre de la planta nuclear de Chernobil. El daño fue 500 veces mayor que la bomba atómica de Hiroshima, se afectó una población mayor de cien mil personas y se causaron problemas a 13 países europeos.
            En contraste, los comunistas no son capaces de tolerar ni los accidentes, sin intencionalidad criminal y sin mediar negligencia punible. El más pequeño derrame de mercurio, que pueda causar un camión de alguna empresa proveedora de una compañía minera, es motivo para grandes escándalos y denuncias.
            El ex parlamentario socialista argentino, Zaffaroli, hoy juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, promueve que los daños ambientales causados por el empresariado minero sean clasificados como delito de Lesa Humanidad.
¡Qué rara sindéresis jurídica! Pues, los delitos de Lesa Humanidad son actos de ataque a poblaciones civiles. ¿Y, cuál es la intención de “atacar” por parte de un empresario? Sólo es posible en una mentalidad marxista, enceguecida por su odio a todo lo que contradiga su ideología: religión, filosofía, ciencia, tecnología y moral.

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 16 de octubre de 2015, pág. 6


Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario