Justicia,
Concordia y Libertad
SERGIO TAPIA T.
La semana pasada se realizó el “Foro Buenos Aires 2” o “Foro
por la Justicia, la Concordia y la Libertad”..
Y,
coincidentemente el Arzobispo Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana,
monseñor Salvador Piñeiro, declaró que entre políticos debe primar la búsqueda
del “camino a la justicia y concordia,
porque es lo más urgente para el país (…) acostumbrado al enfrentamiento y no al entendimiento”.
Interesante
la concurrencia: Justicia, Concordia y Paz.
Justicia
es lo que corresponde dar a cada quien, porque se lo merece. Concordia es
consentimiento para la unión, dejando el disenso, la separación, la
confrontación. Y, la paz es lo contrario a la guerra, es la tranquilidad contra
toda turbulencia.
También,
durante la semana salió en libertad Peter Cárdenas Schulte, alto dirigente de
la cruel banda marxista “MRTA” (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru).
Cárdenas
es prototipo del delincuente ideológicamente motivado. Proveniente de una familia
acomodada en bienes materiales, adhirió mentalmente a las ideas de la
Revolución, e hizo en el Perú actos de guerra revolucionaria. La guerra como continuación
de sus actos político-marxistas.
Su
enemigo, fue todo propietario peruano. Secuestró a muchos en Lima. Los trató con
crueldad. Los maltrató en las llamadas “cárceles del pueblo”, que eran los agujeros
hechos en el piso de las casas convertidas en cuarteles del MRTA. A algunos
hizo que murieran de hambre. A otros no los liberó habiendo cobrado los cupos
del rescate.
Cárdenas
no honraba el cumplimiento de nada: Ni la ley que preserva la paz social, ni
los acuerdos para rescatar a sus rehenes.
Ahora,
ha fijado su residencia en la calle Los Olivos del distrito de San Isidro, de
donde proviene.
Condenado
inicialmente a cadena perpetua, le fue conmutada a sólo 25 años, durante el
gobierno de Toledo, gracias a las nuevas leyes perpetradas por los ONGs
derecho-humanistas-marxistas, favorables a los terroristas.
En
contraste, a los militares y policías que enfrentaron a los terroristas, se les
aplica penas de 35 años, sin ningún beneficio en su defensa.
Hay injusticias que claman al cielo.
Publicado
en el diario “La Razón”, Lima, viernes 25 de setiembre de 2015, pág. 6
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