viernes, 23 de octubre de 2015

Réquiem por Vicente Ugarte - artículo en La Razón

Réquiem por Vicente Ugarte
SERGIO TAPIA T.

            El mes de octubre, en 45 años de conversaciones que tuve con Vicente, fue recurrente no sólo por los terremotos telúricos, sino particularmente por los temblores políticos; que con su jovial ironía solía Vicente pronosticar tales extravagancias.
            A Vicente lo conocí cuando yo cifraba los 17 años. Era yo estudiante del quinto de secundaria. Me presentó un entrañable amigo, con el que guardo afectuosa comunicación, a pesar de la distancia que nos separa de nuestras respectivos continentes de residencia.
Don Vicente –a quien nunca puede tutearlo–presenció los actos trascendentales de mi vida: mi matrimonio, el nacimiento de cada uno de mis cinco hijos -sobre quienes vi reflejar en ellos la oportunidad del cariño que no tuvo oportunidad de dedicar a los propios al no haber tenido descendencia-; el matrimonio de la mayor de mis hijas. Vicente fue padrino de Mariana, la tercera.
Luz Cáceres McGregor fue su extraordinaria cónyuge. Siendo yo aún estudiante intermedio de Derecho, Vicente en su condición de Decano del Colegio de Abogados de Lima fue objeto de injusta detención, por la dictadura izquierdista de Velasco Alvarado. Muchas semanas de incomunicación y desconocimiento de su paradero, probaron la fortaleza de la señora Luz. Ella, en su soledad familiar, esperaba contra toda esperanza. Enterados del lugar de la detención (no había derechos humanos para Vicente, pues el gobierno era de izquierdas), tuve la iniciativa de llevar al Padre Armando Nieto para que Vicente comulgara: el 8 y el 25 de diciembre. La escena, al lado de la señora Luz, me ha sido imborrable.
Fui su profesor auxiliar de Vicente, en Historia del Derecho: En los ochenta en San Marcos, y en los noventa en la Universidad de Lima.
Siempre compartí con él mis proyectos: El nacionalismo católico de fines de los sesenta con la Confederación de Juventudes Nacionalistas; uno de los nuevos movimientos laicales de la Iglesia Católica en los setenta; el Instituto de Estudios y Promoción Social (IDEPS) en los ochenta; la fundación peruana de otro nuevo movimiento laical proveniente de Argentina a partir de los noventa.
Vicente es maestro de la peruanidad, cultivó en lo más íntimo de sus discípulos la racionalidad del amor patrio.
A él, mucho le debo.
Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 9 de octubre de 2015, pág. 6


Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

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