sábado, 22 de octubre de 2016

Subversión y minería - La Razón

Subversión y minería
SERGIO TAPIA T.

Parece extraño que alguien se muestre contrario al progreso económico del país. Parecería extraño que algunos constituyan un club de pensamiento ideológico para pensar la estrategia y las tácticas con la finalidad de paralizar el desarrollo económico que redunda en el desarrollo social. Es más, sería impensable que en la probabilidad de la existencia de esas enemistades, el Estado no se encuentre preparado para asumir roles previsores, ni cuente con sistemas programados de alerta y reacción temprana para el manejo de crisis del orden público y la seguridad de personas y patrimonios privados.

Pero, eso que nos podría parecer imposible viene ocurriendo, desde hace un tiempo, por la responsabilidad inactiva de algunos gobiernos e incluso por cierta complicidad por parte de algunos otros gobiernos. Podemos afirmar que el Estado no aprendió nada después de la inhumana experiencia terroristas de los 80s y 90s. Como si el Perú no hubiera tenido 25 mil muertos a causa de la subversión terrorista marxista, ni la pérdida de incontables miles de millones de soles a causa de la fiebre revolucionaria marxista.

Pero, el marxismo es ideología fría, por lo que sigue y prosigue en su afán de crear zozobra, anarquía, destrucción, desmoralización y profundas crisis éticas, sociales y por supuesto económicas.

Lo cierto es que la causa del problema social en Las Bambas es típicamente una operación revolucionaria antiminera, como ya hemos tenido varias en los últimos diez años, y todas exitosas, a lo largo del país, desde Cajamarca hasta Puno. Ahora le ha tocado el turno a Apurímac, a un yacimiento minero que es el número tres de importancia mundial. No es poca cosa.

La sublevación violenta de masas campesinas, para impedir las actividades de transporte de minerales, es de carácter subversivo.

El gobierno del presidente Kuczysnki hasta ahora no ha dado señales acertadas para explorar soluciones. Todas sus iniciativas desde el Ministerio de Energía y Minas, desde la Presidencia del Consejo de Ministros y desde el Ministro que conduce la Policía Nacional; han sido catastróficamente desacertadas.

Parecería que se adolece de diagnósticos adecuados sobre la crisis subversiva minera, a pesar de que tiene 30 años de gestación globalizada, y 10 años de experiencias que han causado conmociones.

Los revolucionarios antimineros en Las Bambas son los verdaderos responsables del homicidio del comunero Quintino Cereceda Huisa; no los policías. Es un método clásico de actuación para alterar la tranquilidad y el orden.

La conducta de los Ministros de Energía y Minas y del Interior, develan responsabilidad política de la que el Congreso debe exigir cuentas. Sabido es que entre las izquierdas marxistas hay lío, no hay unidad ni concordia. Las izquierdas de Las Bambas imputan responsabilidad política por la muerte del comunero y por el incremento de la crisis en Las Bambas, al izquierdista Ministro del Interior: Un lío entre izquierdistas, que el país no está para pagar los atrasos y la suma de torpezas que se vienen sucediendo.

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 21 de octubre de 2016, p. 6


Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

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