miércoles, 25 de diciembre de 2013

¡La Comisión "Vitocho"!


¡La Comisión “Vitocho”!

SERGIO TAPIA T.



 

Provoca risa leer, en diversos medios de prensa, el mote seleccionado para la comisión que investigaría a Oscar López Meneses: “la comisión Vitocho”.

Tal sobrenombre lo da quien preside la comisión: el congresista Víctor Andrés García Belaunde, conocido como “Vitocho” (aunque circula en redes que sus antiguos compañeros escolares lo conocían como “Vito”; y se ignora cuándo y por qué le añadieron el “ocho”).

“Vitocho” milita en un sexagenario partido político, fundado por su tío Fernando Belaunde, quien dos veces fue presidente de la república, y del cual Vitocho” recibió el favor del empleo público nepótico, al ser nombrado titular de dos de las diversas secretarías que suelen abundar en los Palacios donde residen y laboran los presidentes.

¿Qué es la Comisión “Vitocho”? Vale hacer tres reflexiones.

La primera sobre la naturaleza de la investigación parlamentaria. La segunda si la calidad de su presidente y miembros es acorde con el propósito de una comisión investigadora. La tercera si sería útil al país.

Nuestra Constitución dispone en el artículo 97: “El Congreso puede iniciar investigaciones sobre cualquier asunto de interés público (…). Sus conclusiones no obligan a los órganos jurisdiccionales“. ¿Qué significado tiene que el Congreso emprenda una investigación a través de una comisión? Su significación es intensamente política, constituye el ejercicio del poder de control, una de las tres funciones congresales; las otras dos son aprobar leyes y designar altos funcionarios del Estado.

Nuestro Congreso ha devenido en franco deterioro, porque ha sido presa de la partidocracia (que es la negación de la democracia), y porque se ha corrompido. En el pensamiento Aristotélico-Tomista, la Política es la más alta aspiración del ser humano, pero cuando lo mejor se corrompe surge lo peor. Nuestro Parlamento Nacional es de lo peor. Así lo describe su reciente expresidente, Abugattas: “Lo peor de la especie humana está en el Congreso”.

El congresista “Vitocho” sostuvo a través de El Comercio (domingo 15 de diciembre, pág. A6), que los resultados de su presidencia de comisión serán para “devolver el prestigio a la clase política”.

Luego, descendió a explicar el origen del gobierno socialista del general Velasco (1968-1975), señalando que su causa fue un problema de contrabando en el Ejército, pero calló la profunda significación político-ideológica que perpetró la izquierda, en esos años, capitalizando las conexiones que lograron urdir con esas generaciones de nuestras FFAA. Y, se ocupó en desdibujar al general y presidente Odría (1948-1956). Se pintó como un anti-militarista, en una época que el militarismo en el Perú no existe, y tildó a nuestras FFAA como un poder, cuando es de Perogrullo que no son la expresión de ningún poder de naturaleza alguna, ni política y casi ni militar estrictamente, por la política de desarme que hemos sufrido históricamente.

Desacreditar militares, antes que la comisión inicie sus funciones, hace prevenir por donde apuntará el Informe Final de la comisión “Vitocho”.

            No hay nada que augure progresar en el conocimiento de “la verdad”, a partir de la labor de una comisión partidocrática, presidida por un prejuicioso congresista que afirma “todo es sospechoso” (contrariando el texto constitucional que consagra la presunción de la inocencia como derecho fundamental: artículo 2, Numeral 24, Literal e).

            Para la salud de nuestra República, espero que las intenciones declaradas por quien preside la Comisión “Vitocho”, no termine siendo una “comisión Pinocho”.

 

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 20 de diciembre de 2013, pág. 6

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