viernes, 9 de mayo de 2014

Relativismo y ambigüedad: El género y el sexo


Relativismo y ambigüedad: El género y el sexo

SERGIO TAPIA T.



 

La Nación peruana está a la expectativa del archivamiento que deberá adoptar el Congreso de un proyecto de ley, cuyo título es una paradoja, pues, niega el contenido matrimonial que precisamente contienen todos sus preceptos normativos (ver: en este diario “La Razón”: http://larazon.pe/44265-proyecto-union-civil-no-matrimonial.html).

¿Por qué se intenta camuflar con el título “Unión Civil No Matrimonial para Personas del Mismo Sexo”, la intención de instituir la pareja homosexual con acceso a todas las consecuencias jurídicas del matrimonio de la “pareja real”?

Es que, en esta pugna por el matrimonio homosexual, sus promotores padecen de poco rigor lógico, sufren de exuberante ideología, incurren en demasiada retórica falaz y esconden veladas intenciones, las que han de ser develadas en toda su magnitud para honra del bien y de la verdad.

Para sustentar el abominable proyecto de ley, se enmudece la verdad científica sobre los géneros sexuales masculino y femenino. Es sabido que no hay un tercer género en biología. Para la biología el género sexual es determinación constitutiva del ser, no es algo elegible por el individuo.

Pero, porque de la ambigüedad se cosecha la confusión; los promotores de la manipulación de la sexualidad, desarraigan el “género” y el “sexo”, aíslan el nexo de ambos conceptos con la realidad biológica que le es patente. Así, logran reducir las realidades patentes a la manipulación racionalista, mediante la ideología.

La ideología que es presunción viciada, por ser anti-ciencia. Regla de la que la “ideología sexual” no es una excepción.

La filosofía de Descartes, es la madre del enfoque erróneo sobre el conocimiento de la realidad; porque prioriza el pensamiento (el subjetivismo) sobre el riguroso conocimiento acertado de la realidad (la objetividad). Reduciendo la verdad, el concepto acerca de la realidad, a lo que cada uno piensa unilateralmente, y negando el principio de no contradicción (no pueden haber dos verdades contradictorias entre sí), el pensamiento cartesiano conduce a la aceptación de verdades opuestas entre sí, las que con el auxilio de la dialéctica hegeliana, pueden llegar al extremo de negarse a sí mismas cada una de ellas.

Este desorden del entendimiento racional, niega la capacidad para conocer la realidad.

Para los promotores de la “ideología sexual”, las cosas no son según su naturaleza, sino según lo que ellos “piensan” que son.

Finalmente, recurrirán al “positivismo jurídico”, para dar un paso más en su afán. Pues, ese extravío conceptual que produce graves consecuencias éticas, legitima cualquier decisión que adopte la autoridad del “orden establecido”. Lo que suele conducir, al autoritarismo, y con frecuencia al totalitarismo. Es decir, a entronizar a la minoría que ejercerá el poder contra los derechos de las mayorías.

Ideológicamente se piensa que la diferencia sexual es una desigualdad social, se tergiversa el  significado de “discriminación”. Científicamente se admite que el sexo está determinado por la naturaleza del ser, entonces discriminar adquiere otro sentido, significa diferenciar; lo que no viola el derecho de nadie.

 

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 25 de abril de 2014, pág. 6


 

Blog (colección artículos publicados en La Razón): http://sergiotapiatapia.blogspot.com/

 

 

 

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ANEXO:

Consecuencias del Matrimonio Homosexual en los jardines de infantes o nidos para niños, en Massachusetts (EEUU), y encarcelamiento de los padres que se oponen a la educación pro-homosexual para sus hijos: http://www.youtube.com/attribution_link?a=qPanfY4gGrM&u=/watch?v%3Dhs96sBfV5P4%26feature%3Dshare

 

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