sábado, 3 de agosto de 2013

¿Gobernar sin calidad parlamentaria?


¿Gobernar sin calidad parlamentaria?

SERGIO TAPIA T.



 

Nuestro modelo republicano-democrático no es parlamentarista, como en muchos países europeos, cuyas naciones confían su destino a gobernantes surgidos de las cambiantes mayorías parlamentarias. Una forma de elección indirecta ciudadana.

En nuestro caso es presidencialista. Nuestros gobernantes son elegidos por votación ciudadana directa. Y, gobiernan o frente o enfrentados al Congreso; gozando ambos; Presidente y Congreso, de la facultad de destituirse mutuamente, según las regulaciones que la Constitución señala.

Cuando el candidato presidencial obtiene votación exigua, en primera vuelta, no contará con el número mínimo de congresistas para formar por sí mismo su mayoría parlamentaria. Fue el caso del primer gobierno de Belaunde Terry (1963-1968) y el de la primera fase del largo gobierno de Alberto Fujimori (1990-1992).

En cambio, si el candidato presidencial obtiene un importante caudal electoral, se asegura un parlamento aliado para sus planes gubernamentales. Fue el caso del segundo gobierno de Belaunde Terry (1980-1985), los dos períodos de Alan García (1985-1990 y 2006-2011) y las restantes fases del prolongado gobierno fujimorista (1993-1995, 1995-2000 y 2000-2001).

El caso de Ollanta Humala es sui géneris. Goza de un parlamento complaciente y apacible. Complaciente, gracias a una especie de co-gobierno de tres agrupaciones parlamentarias que no desean ser oposición: los toledistas, los kusincsky-castañeda y los belaundistas. Apacible, porque la oposición fujimorista está desarticulada, carece de vigor y no muestra norte político. Y, muy apacible, porque los gajos de la izquierda radical no saben cómo constituirse en oposición congresal.

            El gobierno de Ollanta Humala, teniéndola fácil con ese Congreso apacible y complaciente, no gobierna bien porque carece de objetivos, habiendo perdido sin obra y con gran esterilidad el corto y el mediano plazo de su período de duración.

            La responsabilidad es de los caviares, que controlan políticamente la administración pública, con gran fracaso, como cualquier comunista siempre tiene.

            Pero, la responsabilidad que sólo es de Ollanta Humala y de su entorno partidario íntimo, ha sido la selección de los congresistas que forman hoy nuestro Parlamento. La falta de calidad ética de algunos, el compromiso revolucionario marxista de muchos de ellos y la incapacidad por parte de casi todos para conducir al país en las vías acertadas del bien común y del bienestar material.

            El Congreso tiene un rol importante es el sistema republicano-democrático de gobierno: Dar leyes justas y practicar el control político prudente y acertado. Nuestros actuales parlamentarios no satisfacen ninguna de estas exigencias políticas. ¿Por qué?

Porque nuestros parlamentarios adolecen de deficiencia ética. A la que suman otras deficiencias, según cada caso individualmente considerado: Preparación, lealtad, compromiso y actitud de servicio con sincero rechazo de servirse a sí mismos.

 La producción parlamentaria en los dos años de este gobierno ha sido deficiente legislativamente y escandalosamente anti-ética en el control político, como fue la repartija partidocrática de cargos en el TC, el BCR y la Defensoría del Pueblo.

El Parlamento que soportamos, prioriza la mayoría parlamentaria y no la racionalidad. Esto es un suicidio político y de gravísimas consecuencias para el país.

 

Publicado en el diario “La Razón”, Lima, viernes 2 de agosto de 2013, pág. 8

http://larazon.pe/columnistas/10697-¿gobernar-sin-calidad-parlamentaria.html

 

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